Artículo publicado en revista RIE de abril de 2023.
El espíritu santo en acción
Hoy vamos a descubrir el significado de cuatro palabras muy ligadas a la Pascua. Seguro que estos días las escucharás muchas veces en la Eucaristía. Todas te afectan directamente, porque has recibido el Espíritu Santo cuando te bautizaron o cuando hiciste la Confirmación y lo puedes invocar cada vez que quieres orar y, es el mismo Espíritu el que te concede tener un carisma particular ¿Te animas a descubrir cuál es tu CARISMA? Por último, todos estamos pendientes de vivir el JUICIO y tenemos puesta nuestra esperanza en la PARUSÍA.
PENTECOSTÉS (del griego pentecoste = «el día cincuenta» después de Pascua): En su origen era una fiesta en la que Israel celebraba el pacto de la alianza con Dios en el Sinaí. Por el acontecimiento de Pentecostés, es decir, la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles en Jerusalén, se convirtió para los cristianos en la fiesta del Espíritu Santo.
CARISMAS (del griego charis = don, gracia, favor, talento): Así se llama a los dones gratuitos del Espíritu Santo, tal como se describen, por ejemplo, en la primera carta a los Corintios (12,6 y siguientes): el don de curaciones, poder de milagros, profecía, don de lenguas y el don de interpretarlas, sabiduría, conocimiento, fe, entre otros. Aquí se incluyen también los siete dones del Espíritu Santo; son dones especiales para dirigir, gobernar, amar al prójimo y anunciar la fe. Estos siete dones son: sabiduría, entendimiento, piedad, consejo, fortaleza, temor de Dios y ciencia.
JUICIO: El llamado juicio especial o particular tiene lugar en la muerte de cada individuo. Es el momento en el que por fin estaremos ante Dios. El juicio universal o final, tendrá lugar en el último día, es decir, al final de los tiempos, en la segunda venida del Señor. Por ser un momento decisivo, puede causar miedo o ansiedad, pero en verdad tenemos que pensar que vamos a ver cara a cara a Jesús, el Señor que dio la vida por nosotros, que nos ama hasta el extremo y nos quiere felices. Será un ir a la casa del Padre, sabiendo que es un Padre bueno, amoroso, que nos está esperando desde siempre, por todo eso, el día del juicio no es un día malo, sino un día de luz y esperanza.
PARUSÍA (griego. = presencia personal): Se refiere a la venida de Cristo en el juicio final. Es la gran promesa del Señor Jesús: volveré. Desde el principio del cristianismo, todos los creyentes hemos vivido con la esperanza de este día. Pablo, el Apóstol, en un momento hasta creyó que sería inminente. Creemos en este día porque creemos en la palabra de Jesús.