Artículo publicado en revista RIE de enero de 2022.
Año nuevo, alegría nueva, cara nueva…
¡Estamos de estreno! ¡Un nuevo año! Y todo lo nuevo genera mucha expectativa, alegría, ilusión. Ni tú ni yo sabemos aún lo que nos traerá cada día de este año 2022, sin embargo, queremos ponernos en camino, soñar, proyectar y acoger la vida tal como se presente, con mucha confianza, ¡como nos ha enseñado san Manuel!
Seguramente recuerdes que los últimos artículos de esta sección de la revista los hemos dedicado a profundizar algunas de las virtudes que nos hacen más parecidos a Jesús Eucaristía. En esta ocasión te propongo un pequeño cambio, porque quiero compartir contigo algunos consejos de san Manuel para el nuevo año.
Ya verás, es muy curioso, porque lo que en sus cartas decía hace aproximadamente 90 años, puede convertirse para ti en los mejores deseos de un gran amigo para este nuevo reto que supone comenzar un año nuevo.
Horas bendecidas
Si eres bueno en matemáticas, seguramente en un momento podrás calcular cuántas horas equivalen a 365 días, es relativamente fácil. Ahora bien, demos un paso más, ¿qué te gustaría hacer con cada una de esas horas?, ¿lo has pensado?
En el tiempo de Navidad solemos recibir un montón de regalos, es por eso que san Manuel nos invita a caer en la cuenta de un regalo muy especial, que puede pasar desapercibido, ¿sabes cuál es? El regalo del tiempo. Días, semanas, meses, que se convierten en oportunidad de tantas cosas, y don Manuel lo sabe, por eso te dice lo siguiente: «Te correspondo con una bendición para cada hora del año nuevo para facilitarte dos cosas: 1ª ser en cada una más fiel que en la anterior y 2ª que no se te pase ninguna sin una palabra de cariño a tu Jesús. ¡Fidelidad y trato afectuoso y constante con el Corazón de Jesús! ¡qué buenas provisiones para los 365 días que empieza a regalarte el Corazón de Jesús!».
¡Y hay más! No solo aprovechar al máximo cada hora, sino «vivir colgado de la voluntad del Señor en cada hora como se cuelga una cosa de un clavo. No hay que buscar ni más apoyo ni más arrimo que ese dulce clavito. Así ¡cuánta paz y cuánto adelanto!».
Año nuevo, sentidos nuevos
Me encanta pensar en el Señor como el Dios que nunca se cansa de darnos nuevas oportunidades, porque en verdad Él nos sueña plenos, viviendo al máximo lo que es verdaderamente importante: nuestra amistad con Él. Por eso, este año nuevo es la oportunidad de reestrenar los sentidos.
Así lo dice san Manuel: «¡Feliz Año nuevo! en el que se os gasten la boca, los ojos, el oído y el corazón de tanto tratar con Jesús». Y por si era poco, añade: «quedamos en que año nuevo… cara nueva y alegría nueva y santa despreocupación nueva». ¿Y todo ello para qué? Para que el 2022 se convierta en «un año nuevo de muchas locuras por el Amo». Una vez más, las famosas chifladuras de amor por Jesús a las que san Manuel nos llama.
Una misión por descubrir
Para terminar, te comparto un fragmento de una de mis cartas favoritas, que tiene como destinataria a Anita, la sobrina de san Manuel, de la que hablamos hace un tiempo. A ella, con toda la cercanía y dulzura de un buen tío le dice: «Veo claro que Él (Dios) quiere de ti algo muy grande, aunque no veo concretamente en qué forma y modo te lo pide y para llegar a ser eso grande que Él te pide, el camino no es buscar cariños nuevos de tierra, sino esforzarte en ser tú cada día más generosa de tu cariño para con los tuyos (…) Este es el programa para el año nuevo: “Corazón de mi Jesús, que te busque a Ti y no me busque a mí”».
También respecto de ti y de mí, Dios quiere algo grande, es algo que en este nuevo año hemos de descubrir, don Manuel nos da una pista: el camino empieza por dar amor a los que están a nuestro lado. ¡Feliz 2022!
RIE 